Todo el personal que participó en la operación al Polo Sur tuvo una preparación especial para completar de manera exitosa la inédita travesía.
Por: Departamento Comunicacional
Para materializar Operación Estrella Polar III, la Fuerza Aérea realizó una detallada y rigurosa preparación de todo el personal participante en esta actividad. El Comandante de Escuadrilla (A) Álvaro Lamilla, fue nombrado Comandante Operativo de Misión (COM), quien junto al Grupo de Trabajo planificaron la operación polar.
Ello requirió una planificación de más de 12 meses, para determinar los distintos aspectos involucrados, como el apoyo logístico, de combustible, comunicaciones, apoyo de vida y otros, requeridos para desplegarse en los diferentes puntos involucrados en la operación.
Las tripulaciones aéreas de los diferentes materiales efectuaron un programa de entrenamiento específico. Esto incluyó la preparación en la Escuela de Montaña del Ejército acerca de la utilización de equipos y técnicas de supervivencia en frío extremo. Asimismo, se instruyó al personal respecto del conocimiento del Tratado Antártico y Protocolo Ambiental, Seguridad Operacional y aspectos sanitarios.
La Institución realizó una campaña de instrucción en Campos de Hielo Sur, donde los pilotos de helicópteros MH60M Black Hawk y aeronaves DHC-6 Twin Otter hicieron un entrenamiento específico para entrenar la operación en nieve y hielo para operar con seguridad en el territorio antártico. “Estuvimos operando con bajas temperaturas, en condiciones meteorológicas adversas y enfocados en el aterrizaje en nieve para operar de manera segura”, explicó uno de los pilotos participantes.
Tanto pilotos como tripulantes se entrenaron en la operación en zonas con bajas temperaturas extremas, analizando la meteorología, la formación de hielo, cómo aprovechar los vientos, temperaturas y ventanas meteorológicas.
También se entrenaron los vuelos de largo aliento, simulando las distancias que tendrían que recorrer en el territorio antártico, superiores a seis horas de vuelo. “Esto en un avión puede ser algo normal. Pero en un helicóptero es algo muy destacable”, señaló.
Otro aspecto que se entrenó fue el vuelo en altura, ya que el Polo Sur tiene una altitud de 2.835 metros sobre el nivel del mar.
Las aeronaves se adaptaron para operar en clima de frío extremo, equipándolos con esquíes y estanques de combustible auxiliares.
Para la operación fue fundamental la experiencia institucional en operaciones polares anteriores y en Glaciar Unión desde 2013, incorporando el material MH-60M del Grupo de Aviación N° 9 de la Institución, los que fueron apoyados por 2 aviones DHC-6 Twin Otter del Grupo de Aviación N° 6 y 2 aeronaves Gulfstream G-IV, del Grupo de Aviación N° 10.
En el área internacional, se efectuaron coordinaciones con organismos extranjeros como la National Science Foundation de Estados Unidos para operar en la Base Amundsen-Scott, y con el British Antartic Survey de Reino Unido, para brindar apoyo en la Base Antártica Rothera para las tripulaciones y aeronaves DHC-6 y MH-60M.
Para efectuar la conducción operacional y monitorear la operación en tiempo real se estableció un Puesto de Mando en la IV Brigada Aérea y un Puesto de Mando Táctico en la Estación Polar Científica Conjunta Glaciar Unión, todos ellos dirigidos por el Puesto de Mando FACH.