06/11/2023

DÍA DE LA ANTÁRTICA CHILENA

Desde 1947, la Fuerza Aérea de Chile ha desarrollado una labor ininterrumpida de presencia efectiva y conectividad aérea permanente, que le ha permitido al país, proteger y fortalecer sus derechos antárticos, con claros fundamentos geográficos, históricos, jurídicos y diplomáticos, cuyo mandato está dado desde 1940 cuando se fijaron los límites del Territorio Chileno Antártico.


Por: Coronel de Aviación (BA) Miguel Figueroa, Jefe de la División Antártica de la FACH.


Cada 6 de noviembre se conmemora la fecha en la que el Presidente Pedro Aguirre Cerda fijó los límites de Chile en el Territorio Antártico, a través de un decreto que materializó a nivel jurídico la presencia nacional en al continente blanco. En 1965, el Presidente Eduardo Frei Montalva declaró como efeméride este día, convirtiéndose oficialmente en el Día de la Antártica Chilena.

Como una manera de resaltar esta acción, en 1965 la Fuerza Aérea de Chile al fundar su segunda base en la Antártica en isla Decepción la bautizó con el nombre de Pedro Aguirre Cerda, en honor al Presidente de la República que fijó los límites chilenos en el continente blanco.

Cuando se cumplen 83 años de la delimitación del Territorio Chileno Antártico, la Fuerza Aérea desde su primer vuelo en un Voight Sikorsky en febrero de 1947, dio por inaugurada una labor ininterrumpida de presencia efectiva y conectividad aérea permanente que ha permitido no sólo el desarrollo antártico de Chile sino que también de otros países miembros del Tratado Antártico y la Fuerza Aérea es el único programa aéreo del mundo que vuela durante todo el año y ello le permite cubrir una extensa cobertura de Búsqueda y Salvamento Aéreo (SAR), más allá de nuestro espacio aéreo nacional, el que se extiende desde el Norte desde la Línea de la Concordia hasta el mismo Polo Sur.

La nuevo Estatuto Antártico Chileno le otorga a los Operadores Antárticos Estatales el desafío de ser los encargados de las actividades logísticas y operativas en la Antártica; así como la mantención de las bases; otorgar el transporte estratégico y el sostenimiento de las bases; organizar y desarrollar actividades, operativas, logísticas, científicas y tecnológicas; salvaguardar la vida humana; monitorear las medidas ambientales que protegen a dicho continente, prestar servicios operacionales y apoyo logístico al Programa Científico Nacional; uso de laboratorios e instalaciones antárticas de Defensa y apoyo al traslado marítimo, aéreo y terrestre; prestar servicios de búsqueda y salvamento en el área de responsabilidad. En ello, la Fuerza Aérea dispone de sus capacidades para contribuir al desarrollo antártico de Chile.

Este esfuerzo institucional tiene el desafío de alimentar dos grandes vertientes sobre el interés nacional en el continente blanco. Por un lado, no debemos olvidar que somos un país reclamante de soberanía territorial y ahí radica la presencia permanente de nuestras bases y de los medios de transporte y comunicaciones para mantener una conectividad permanente con la Antártica. Y por otro lado esta, en que toda esta capacidad instalada está disponible y dedicada para la actividad científica, que constituyen pilares clave para la protección y conservación de la zona como una región dedica a la paz, a la ciencia y a la cooperación.
Ad portas del Centenario de la Fuerza Aérea, nuestro desafío como Operador Antártico del Estado de Chile está muy claro: somos el país más cercano a la Antártica, lo que representa un potencial polo de desarrollo para el país. Habrá entonces que enfrentar lo que constituye un segundo desafío, el poder consolidarnos como un soporte de vida con tecnología verde para la ciencia de frontera y, mejorando nuestra capacidad aeronáutica y aeroportuaria, dotarnos con nuevos medios aéreos como la versatilidad que otorga el helicóptero para la búsqueda y el rescate. Aprovechar las ventajas comparativas que nos brinda la nueva capacidad satelital nacional en el monitoreo y seguimiento del comportamiento del continente. En lo inmediato, estamos cercanos a dar inicio al proyecto de Reconstrucción de la Base Aérea Antártica Presidente Frei para dotarla de una nueva materialidad con empleo de las energías renovables no convencionales (ERNC), objeto de fortalecer la presencia nacional más allá de la ciencia y la educación, así como habilitar y sostener bases, aeródromos, pistas y laboratorios en la profundidad polar, en un momento singular en el desarrollo antártico de nuestro país, para convertir a Magallanes en una “región polar” y a Chile en un “país antártico”. Para ello, es de vital importancia el desarrollo de tecnología e infraestructura polar de vanguardia a través de bases y estaciones remotas, como una mejor conectividad aérea que nos permita intensificar nuestra actividad hacia la profundidad polar.

La tendencia mundial indica que necesitamos continuar dando respuesta a desafíos globales como el cambio climático, la variación de la temperatura, la contaminación en tierra, agua y aire, y sus efectos en el delicado sistema climático global, toda vez que la capacidad de la atmósfera tiene límites para regenerar nuestras actividades. En ello, no debemos olvidar que todo lo que le suceda a Antártica en el contexto climático y ambiental, más temprano que tarde le sucederá a Chile debido a su contigüidad geográfica e incidencia biológica, física, ambiental y geológica. La Antártica es nuestra más grande reserva y laboratorio natural, en ella realizamos un esfuerzo transversal en ciencia internacional del más alto nivel.

Antártica es un modelo pionero de colaboración internacional y habitar ecológico, se trata de un continente entero que practica una filosofía y logística de vida que integra la conciencia de interdependencia ecosistémica, investigando y protegiendo la regeneración de la naturaleza para las generaciones futuras y la Fuerza Aérea de Chile tiene un rol fundamental en el contexto del programa antártico nacional.

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