Por: Michela Cavallone y Jaime González, Departamento Comunicacional
El aeropuerto de Santiago se inauguró oficialmente en 1967, conocido inicialmente también como aeropuerto de “Lampa” o “Pudahuel”, a partir de 1980 pasó a llamarse “Arturo Merino Benítez”, en homenaje al fundador y primer Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea de Chile, precursor de la aviación militar, civil y comercial del país.
La construcción del principal terminal aéreo se inició en 1961 para reemplazar al Aeropuerto Los Cerrillos. Los trabajos concluirían seis años después, y el nuevo terminal fue inaugurado por el Presidente Eduardo Frei Montalva el 9 de febrero de 1967. La pista tenía 3.200 metros de largo, por 45 metros de ancho, cubriendo una superficie de 144.000 metros cuadrados. El terminal poseía la capacidad para recibir hasta 6 millones de pasajeros anuales y fue catalogado como un aeropuerto de primera categoría “clase A”.
Tras la muerte de Arturo Merino Benítez en 1970, en 1971 el Presidente Salvador Allende envío al Congreso un proyecto de ley que proponía denominar al aeropuerto “General de Brigada Aérea Arturo Merino Benítez”, pero no fue aprobado. La iniciativa fue retomada en 1976 por LAN y otras entidades pero no sería sino hasta el 19 de marzo 1980 cuando cambiaría el nombre al de “Arturo Merino Benítez”, a través del Decreto Ley 3.245 de la Junta de Gobierno.
Lo anterior, con motivo de la celebración del Cincuentenario de la Fuerza Aérea de Chile, y con el objetivo de rendir un justo y merecido homenaje a quien fuera el forjador y organizador de la Institución, primer Subsecretario de Aviación, fundador de la Línea Aérea Nacional y primer Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea.
Durante la ceremonia de cambio de nombre en el frontis del terminal aéreo, estuvieron presentes el Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea, el Ministro de Transportes, el Director de la Dirección de Aeronáutica Civil, además de invitados y familiares del prócer de la aeronáutica.
Los honores militares estuvieron a cargo de un destacamento de honor de la Escuela de Aviación y la Banda Instrumental de la Fuerza Aérea. Además, se descubrió un monumento y placa recordatoria en homenaje a Arturo Merino Benítez.