Por Capitán de Bandada (SG) Celeste Aller, Departamento Comunicacional.
En el marco del Día Internacional de la Mujer, el trabajo de investigación publicado por el IIHACH “Rosas aladas de Iberoamérica”, escrito por Norberto Traub, sobre la historia de un grupo de aviadoras que vencieron estereotipos sobre cómo debía ser el rol de la mujer a comienzos del siglo XX en aquellos países que impulsaron la aviación, es un aporte a la memoria aeronáutica.
Fueron mujeres admiradas, pero también juzgadas por atreverse a quebrar paradigmas y sobreponerse a las críticas sobre las capacidades que podía tener una mujer al pilotear un avión. A esto se suma el rechazo que vivieron de sus propios pares al usar tenidas como pantalón y chaqueta, siendo un símbolo de equidad al vestir masculinamente, con ello querían decir que eran “iguales en los cielos”.
Destacadas historias como la cubana-española Aída de Acosta Hernández, quien condujo un dirigible en 1903 bajo las indicaciones de Santos Dumont. Como también la primera aviadora argentina Amalia Figueroa que con tan sólo 19 años rindió su examen de vuelo. Otra como, Carmela Combe, primera aviadora peruana; o Thereza de Marzo nacida en Sao Paulo, desde muy joven quiso surcar los cielos o la española María Bernardo de Quirós, como también la chilena Graciela Cooper, quien obtuvo una de las dos becas concedidas para mujeres por el Comodoro Arturo Merino Benítez, entre otras.