Por: Michela Cavallone, Departamento Comunicacional
El sábado 15 de febrero de 1947, fue el día en que el Teniente 1º Arturo Parodi realizó el vuelo pionero hacia la Antártica en el hidroavión Vought Sikorsky OS2U “Kingfisher” Nº308, hito que marcó un antes y un después de la presencia chilena en el continente blanco, privilegio que hasta ese entonces solo era de aquellos osados navegantes que lograban vencer las olas del Mar de Drake.
La tarde de ese sábado, hace 76 años, el Teniente 1º Parodi se convirtió en el primer chileno y aviador militar en sobrevolar la Antártica. La hazaña fue realizada durante la primera expedición nacional al continente blanco a cargo de la Armada de Chile y durante treinta minutos, la aeronave voló sobre el gélido continente, realizando actividades de reconocimiento y fotografías aéreas, las que servirían después para los futuros asentamientos de Chile en el lugar.
Con esta maniobra, la Fuerza Aérea de Chile probó la capacidad de sus pilotos y aeronaves en esas latitudes extremas, operación que permitió que unos años después, en 1951, fuera inaugurada la primera Base Aérea de la FACh en la Antártica, bajo el nombre de “Gabriel González Videla”, cuyo su propósito fue impulsar y concentrar la actividad científica relacionada con la meteorología, oceanografía y glaciología.
Desde aquel día, la Fuerza Aérea ha mantenido por décadas una permanente presencia e interés en la Antártica, la que se ha materializado a través del establecimiento de Bases y pistas, las que permiten que las aeronaves institucionales puedan acudir rápida y eficazmente cuando así se necesite.