Por: Michela Cavallone, Departamento Comunicacional
La denominada “Operación Manutara”, una de las más grandes hazañas en la historia de la aviación nacional, fue el vuelo que unió por primera vez por aire al continente con Rapa Nui, reafirmando, de esa manera, la soberanía de Chile en la posesión insular más lejana de nuestro territorio.
El atardecer del 19 de enero de 1951, el aeródromo La Florida, en La Serena, se encontraba repleto de personas que querían presenciar el despegue del avión anfibio Consolidated OA-1 A Catalina N°405 de Grupo de Aviación Nº2 de la Fuerza Aérea de Chile, con rumbo hacia la isla, entre el público se encontraba el Presidente de la República de la época, Gabriel González Videla, quien destacó que se abriría una ruta trascendental para un vínculo más estrecho con Rapa Nui y calificó a los tripulantes como exponentes de “una nación llamada a los más grandes destinos".
La aeronave despegó a las 19:20 horas con combustible para 24 horas y provisiones para 15 días. Luego de dos horas en el aire, la tripulación enfrentó la noche y atravesó el océano guiada por constelaciones de estrellas. La operación se cumplió con éxito, luego de recorrer los 3 mil 750 kilómetros de distancia, arribando a la isla tras 19 horas y 22 minutos de vuelo.
El jefe de la operación fue el Comandante de Grupo Horacio Barrientos Cofré; el primer piloto navegante e ideólogo del vuelo fue el Capitán de Bandada Roberto Parragué Singer; el segundo piloto navegante, Teniente 2° Alfredo Aguilar Cerón; el Teniente 2º José Núñez Rousseau fue el tercer piloto; y el Subteniente Sabino Poblete Alay fue el cuarto. El primer mecánico fue el Sargento 1° Héctor López Celedón y el segundo mecánico fue el Sargento 1° José Gilberto Carroza y los radioperadores fueron el Cabo René Campos Figueroa y Mario Riquelme Carrasco.
La aeronave aterrizó en la isla a las 14:42 horas del 20 de enero. Al arribar, los isleños los recibieron con entusiasmo, y bautizaron a la aeronave como “Manutara” o “golondrina de mar” en lengua rapanui, ave considerada como “pájaro de la suerte” en su ancestral cultura.
Esta misión, además de trascender como una de las más grandes hazañas realizadas por la Fuerza Aérea de Chile, donde se consolidó la soberanía nacional, así como también abrir las rutas aéreas a lugares de difícil acceso para la época, como Australia, Nueva Zelandia y algunos países orientales. Además, marcó el inicio del especial vínculo de la FACh con Rapa Nui, el que se mantiene intacto hasta el día de hoy, a través de los traslados de estudiantes de la isla al continente y viceversa, y el operativo médico-dental que se hace cada año.