Por: Jaime González, Departamento Comunicacional.
El 7 de marzo de 1913 el Capitán Manuel Ávalos Prado realizó el primer vuelo de un avión militar chileno, a bordo de un avión monoplano Bleriot Escuela con motor Anzani de 35HP, el que fue bautizado con el nombre de “Chile”. Aquel evento se realizó con éxito desde la antigua cancha de aterrizaje de Lo Espejo, actual Base Aérea “El Bosque”.
Era un vuelo de prueba, ya que necesitaba practicar para estar en condiciones para la presentación oficial que debería hacer días más tarde ante las autoridades del país de la época. El miércoles 12 de marzo se efectuaron los primeros vuelos oficiales del Capitán Ávalos, el único Oficial aviador militar en Chile en ese momento, en el Bleriot "Manuel Rodríguez".
La carrera de este precursor de la aviación nacional, nacido en Santiago el 2 de agosto de 1885 se inició a los 16 años, con su ingreso a la Escuela Militar de la que egresaría como Alférez de la rama de Artillería en 1904. Sin embargo, su anhelo era pilotear un avión.
Sueño que pudo cumplir al ser comisionado a Francia con el grado de Teniente junto a Eduardo Molina Lavín donde efectuó cursos de vuelo en las Escuelas Bleriot, Sánchez Besa y Deperdussin.
En tanto, en el país la compra de aviones en Europa aceleró la creación de la Escuela de Aeronáutica Militar, el 11 de febrero de 1913, mediante el Decreto de Guerra N° 187, fecha en que se decidió anexarla a los terrenos que ocupaba el Regimiento de Ferrocarrileros, en Lo Espejo, lugar donde se instaló el aeródromo conocido con el nombre de "El Bosque", por la frondosa vegetación que rodeaba el predio.
El Capitán Ávalos fue nombrado Director interino de la Escuela de Aeronáutica Militar donde pudo transmitir lo aprendido en Europa a las nuevas generaciones de aviadores militares.
Tuvo que gestionar la construcción de las primeras edificaciones del Plantel, los hangares de madera, el Monumento a los Mártires de la Aviación, las oficinas administrativas y las salas de clases. Además de hacerle la instrucción aérea a los primeros alumnos pilotos, ya que era el único instructor del Plantel.
En agosto de 1913, finalizó la instrucción del primer curso donde se presentaron a rendir las pruebas de piloto aviador los Tenientes Francisco Mery y Arturo Urrutia. Poco después, en septiembre, obtuvieron sus brevet el Teniente Armando Urzúa y el Sargento Luis Omar Page.
Al tener plena confianza en sus alumnos, el Capitán Ávalos preparó una escuadrilla que participó con gran éxito en la Parada Militar del 19 de septiembre de 1913.
Su brillante carrera y corta trayectoria como aviador militar se vio detenida por una terrible enfermedad. El Capitán Ávalos se contagió de tifus exantemático, enfermedad pandémica que causó estragos en nuestro país y el mundo en esa época. Esto ocurrió en el gran festejo realizado en la capital, donde las calles se encontraban desbordadas de público esperando recibir a Dagoberto Godoy, luego de haber cruzado la Cordillera de Los Andes el 12 de diciembre de 1918.
Tras haber sido internado en el Hospital Alemán y luchar con un cuadro de fiebre alta, falleció en la mañana del 3 de enero de 1919, con tan solo 33 años. Su prematuro deceso quedó en la retina de todos sus camaradas aviadores, ya que Chile había perdido a uno de los precursores de la aeronáutica nacional.
Su funeral se realizó en el Cementerio Católico de Santiago, donde una aeronave de la Escuela de Aeronáutica Militar, piloteada por el teniente Darío Aguirre, sobrevoló el lugar lanzando flores.
Años después la Escuela de Aeronáutica Militar pasó a denominarse como Escuela de Aviación con la creación de la Fuerza Aérea de Chile y fue bautizada en honor a su primer director, como Escuela de Aviación “Capitán Manuel Ávalos Prado”.
