Ante la emergencia sanitaria se ha dispuesto la aplicación de una jornada laboral flexible para inhibir las posibilidades de contagio del COVID-19.
El viernes 3 de marzo, el Instituto de Salud Pública confirmó el primer caso de COVID-19, en el país. Desde esa fecha hasta hoy se han aplicado por parte de la autoridad sanitaria diversos programas de prevención para inhibir la propagación de este virus en la población.
Con un sinnúmero de medidas tomadas por la autoridad como decretarse Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe en todas las regiones del país y la aplicación del toque de queda, actualmente se contabilizan en el país 3.031 casos y en la Región de Tarapacá a 10 pacientes confirmados.
La pandemia trajo repercusiones en muchos ámbitos de la vida de las personas siendo la dimensión del trabajo una de las que recibió mayores cambios, teniendo que reinventarse rápidamente.
En la Fuerza Aérea y en especial en la Iª Brigada Aérea, se han tenido que adoptar nuevas formas de cumplimiento de tareas diarias usando como apoyo fundamental la tecnología informática, una suerte de teletrabajo amparado por una jornada laboral flexible para algunos integrantes de esta Unidad que desarrollan actividades administrativas principalmente.
El Jefe del Departamento de Personal de la Iª Brigada Aérea, Capitán de Bandada (AD) Claudio Gómez señaló que “la orden del Comando de Personal en el sentido de flexibilizar la jornada laboral, esto quiere decir que un porcentaje tendrá que estar en casa para inhibir las posibilidades de contagio y el resto continuará trabajando en su Unidad para mantener las condiciones de operatividad y de estándar de funcionamiento”.
En el caso del Jefe de Operaciones de la Iª Brigada Aérea, Comandante de Grupo (A) Rodrigo Cifuentes, la aplicación de este sistema lo ha llevado a mantener la coordinación entre el Jefe de la Defensa Nacional de la Región de Tarapacá y el aeropuerto Diego Aracena de Iquique, teniendo que trabajar en conjunto con el Jefe de Aeropuerto, el Gerente de la misma entidad, el Inspector Fiscal del MOP en temas relacionados con la aduana sanitaria que se encuentra presente en el terminal de pasajeros. Debiendo verificar la itinerancia de los vuelos comerciales y chárter para que los pasajeros que viajan no se aglomeren en las instalaciones y cualquier medida que tenga relación con evitar la propagación del COVID-19 en el aeropuerto regional.
De esta manera, esta nueva forma de trabajo se seguirá utilizando por el tiempo que dure la emergencia, debiendo ser resilientes con el acontecer mundial.