El Comodoro Arturo Merino Benítez (Chillán, 17 de mayo de 1888 – Santiago, 2 de mayo de 1970) es reconocido como el principal impulsor y fundador de la Fuerza Aérea de Chile y de la aviación comercial nacional, trascendentales logros que se unen a muchos otros y que en su conjunto, obedecen a un concepto visionario y patriótico sobre la forma de emplear el medio aéreo para unir territorialmente a todo un país, fortaleciendo así el sentido de pertenencia y de nacionalidad de todos sus integrantes.
Considerado el verdadero arquitecto del sistema aeronáutico nacional determinó que esta capacidad debía obedecer a algo estructurado y perdurable: una Fuerza Aérea, una aviación comercial propia para comunicarnos entre nosotros y con el extranjero, una industria aeronáutica nacional para soporte logístico, una infraestructura aeronáutica a través de todo el territorio, una aviación deportiva para fomentar el uso del medio aéreo y una profusa difusión de todo esto para que la ciudadanía tenga plena conciencia de ello.
A la creación de la Fuerza Aérea de Chile, en 1930, se suma su decisión para crear la Línea Aeropostal Santiago-Arica, que se transformó después en la Línea Aérea Nacional, más tarde conocida como Lan Chile, actual LATAM.
A ello se sumó su tenaz decisión de llegar por aire al sur de Chile, incluyendo la austral Punta Arenas; la creación de la Dirección General de Aeronáutica Civil; el Club Aéreo de Chile y el Gabinete de Fotogrametría. También inauguró la primera fábrica de aviones “Curtiss”, en los hangares de la actual Base Aérea Cerrillos.
Como primer Subsecretario de Aviación y luego Comandante en Jefe de la FACh, el Comodoro Arturo Merino Benítez se preocupó especialmente de la adquisición de material aéreo acorde a los avances de la época y mejorar la red de aeródromos y aeropuertos a lo largo del país. Su lucha por situar a Chile a la altura de los grandes logros de la aviación, cambió notablemente los tiempos de viaje de los pasajeros y de transporte de carga.
Ya en 1922 envió importantes documentos a las autoridades y escribió numerosos artículos en diarios como “El Mercurio”, “El Diario Ilustrado”, “La Nación” y otros para crear conciencia de que el mundo estaba cambiando con el surgimiento de la aviación.
Dos episodios de la historia son ilustrativos del pensamiento del Comodoro Arturo Merino Benítez: El primero de ellos, cuando ante las dificultades expuestas por las autoridades de la época para llegar a cada rincón de Chile, el entonces Comandante Arturo Merino Benítez, les planteó con firme decisión: “Presidente, yo tengo la solución, los caminos del aire”.
Asimismo, en uno de sus discursos más sentidos, haciendo alusión a las precarias máquinas aéreas de principios del siglo pasado, señaló: “Mañana cuando sean realidad cotidiana los viajes aéreos, a lo largo de la República, los que recorran seguros en aviones confortables, mirando desde lo alto el desolado desierto, la intrincada maraña de sus cerros, tal vez no recordarán cómo se ganó eso, a costa de qué esfuerzos, de qué abnegados sacrificios de muchos muchachos valerosos que quisieron vencer todas las dificultades y peligros”.
Con motivo de su natalicio el 17 de mayo en la ciudad de Chillán, capital de la Región de Ñuble, unidades de formación de la FACh y delegaciones de dicha ciudad, rinden homenaje al mayor impulsor de la aviación chilena, acto que se traduce en una verdadera fiesta ciudadana, un merecido tributo para quien se unió, con sobrados méritos, a la galería de próceres del país.