La Fuerza Aérea de Chile cumple un rol fundamental en la defensa del territorio nacional, resguardando la soberanía y la seguridad del espacio aéreo chileno. En un contexto geográfico tan extenso y diverso como el de Chile, su presencia se vuelve imprescindible. La misión principal de la Institución es defender a la República de Chile por medio del control y uso en beneficio propio del espacio aéreo, participar en la batalla de superficie y apoyar a fuerzas propias y amigas, con el propósito de contribuir al logro de los objetivos estratégicos que la Política Nacional le fija a las Fuerzas Armadas.
Para ello, la FACH dispone de una flota moderna y versátil de aviones de combate. Entre ellas destacan los F-16 Fighting Falcon, aeronave fundamental para la Institución debido a sus capacidades, las que permite efectuar misiones de superioridad aérea y ataque a tierra con alta precisión. Operan desde las Bases Aéreas Cerro Moreno y Los Cóndores, en Antofagasta e Iquique, respectivamente.
Desde Punta Arenas, los F-5E/F Tigre III cumplen funciones de intercepción y defensa aérea, entrenamiento avanzado de pilotos y apoyo aéreo cercano. Han demostrado su capacidad en ejercicios internacionales, manteniéndose operativos y actualizados. Su versatilidad y modernización continua aseguran que la FACH pueda responder eficazmente a las necesidades de la Defensa Nacional.
A estas capacidades se suman los A-29 Super Tucano, que desde la Base Aérea Los Cóndores, Iª Brigada Aérea, en Iquique, proporcionan cobertura y apoyo a las fuerzas terrestres durante operaciones militares. Además, sirven como plataforma de entrenamiento para los pilotos de combate de la Institución, preparándolos para operar aeronaves de primera línea. Equipados con modernos sistemas de aviónica y armamento, estos aviones permiten efectuar misiones con alta precisión y eficacia, y su capacidad para operar en pistas cortas y no preparadas.
En el ámbito terrestre, la Defensa Antiaérea de la FACH constituye un componente esencial en la protección del espacio aéreo nacional y de las instalaciones de la Institución. Está capacidad está conformada por diferentes sistemas de armas, que permiten una respuesta eficaz ente amenazas aéreas, como aeronaves, drones o misiles. La Defensa Antiaérea está organizada en Regimientos y Grupos especializados que cumplen funciones de vigilancia, detección, seguimiento y neutralización de blancos hostiles, operando en conjunto contras Unidades institucionales. Su despliegue es fundamental para garantizar la soberanía aérea, y la seguridad de las operaciones militares.
El Grupo de Fuerzas Especiales (GRUFE) de la FACH es una Unidad Táctica Terrestre altamente entrenada para realizar Operaciones Especiales. Esta Fuerza está conformada por Comandos de Aviación, Aviadores Militares especializados en técnicas de combate terrestre, paracaidismo militar y rescate en combate (CSAR). Su misión principal es ejecutar despliegues rápidos y eficaces en los teatros de operaciones que se requiera.
A su vez, los Infantes de Aviación por misión proporcionar seguridad y defensa de los medios. Estos especialistas están encargados de proporcionar la defensa de las Bases Aéreas y Unidades desplegadas, asegurar la operatividad de la infraestructura crítica y medios asignados a su jurisdicción y garantizar la seguridad del personal para las operaciones. Su presencia es clave para la defensa terrestre de las Unidades la Institución.